Unamuno en Fuerteventura XIX: Unamuno y las mujeres

La enorme correspondencia recibida por el rector de la Universidad de Salamanca no ha recibido aún la atención merecida en la inmensa bibliografía existente sobre él. Tampoco sus relaciones con las mujeres, más allá de alguna monografía.
Pretendemos abordar en este trabajo una primera aproximación a la correspondencia enviada por las mujeres a Unamuno y a sus relaciones con las diversas redes femeninas de su tiempo, españolas y extranjeras, y su perspectiva ante el feminismo emergente en su tiempo.

Raquel encadenada es una obra de teatro en tres actos escrita en 1921, representada por la Compañía de los argentinos Matilde Rivera y Enrique De Rosas en el Teatro Tívoli de Barcelona el 7 de septiembre de 1926 y publicada en 1959. Esta obra nos servirá para analizar la mujer fictiva unamuniana, contraponiéndola a aquellas otras de carne y hueso coetáneas de Miguel de Unamuno.

Aunque tanto desde el punto de vista estilístico como desde el punto de vista estructural se trata de novelas radicalmente distintas, La Regenta de Clarín y Nada menos que todo un hombre de Unamuno coinciden en uno de los motivos de los argumentos que desarrollan: el motivo de la mujer bella cuyos padres o tutores intentan rentabilizar casándola con un buen partido. Lo que haremos en nuestra ponencia es analizar las coincidencias y las divergencias que existen en el tratamiento que ambos autores dan a este tópico en sus respectivas obras.

La Fedra del teatro clásico es uno de los mitos escénicos más desgarradores por cuanto huye del conflicto tradicional del destino humano frente a las circunstancias o los dioses y centra su núcleo de convicción dramática en los entresijos de la subjetividad humana en su estado más puro. La tradición de este personaje está marcada por dos grandes autores: Séneca y Racine. Unamuno, sin olvidar estos dos hitos de la dramaturgia occidental, intentará que su Fedra también sea un programa de intervención en el anquilosado panorama teatral español de su época: No sé el resultado que pueda obtener este ensayo de un renovado arte dramático clásico, escueto, desnudo, puro, sin perifollos, arrequives, postizos y pegotes teatrales u oratorios; pero hace tiempo que creo que a nuestra actual dramaturgia española le falta pasión, sobre todo pasión, le falta tragedia, le falta drama, le falta intensidad.

Nuestro objetivo es analizar cómo el personaje femenino se integra en las reflexiones metafísicas y metaficcionales de Unamuno partiendo de Vida de don Quijote y Sancho, texto a medio camino entre el ensayo y la reescritura ficcional, y desembocando en su capital novela Niebla, proyecto narrativo autoconsciente en el que desarrolla su concepto de “nivola”. Para ello, nos centraremos, por un lado, en el modo en que Unamuno recrea el personaje de Dulcinea en la primera de las obras citadas y, por otro, en la importante función que desempeña el personaje de Eugenia en la peripecia existencial del protagonista de la segunda.